La pesquisa realizada por el Centro de Políticas Sociales de la institución de referencia en enseñanza e investigación en Brasil y el mundo precisa que, con eso, en apenas un año, el total de ciudadanos en esa situación creció 42,11 por ciento.
De igual manera alcanzó la marca de 23 millones de personas, lo que equivale al 10,8 por ciento de la población estimada en el gigante sudamericano de más de 213 millones de habitantes.
Válido precisar que se consideran por debajo de ese perfil quienes viven con menos de 210 reales (40 dólares) por mes, lo que los propios autores de la tesis consideran un valor insuficiente para satisfacer las necesidades básicas.
El estudio muestra, además, que la población más pobre sufre por la falta de una política permanente y bien estructurada de combate a la miseria.
Cuando se mira las variaciones mensuales de los índices de pobreza a lo largo de 2020 y 2021, se percibe que los brasileños más necesitados vivieron en una verdadera montaña rusa, aseguran los investigadores Marcelo Neri y Marcos Hecksher en la presentación del trabajo.
Por ejemplo, cuando el Congreso Nacional aprobó la ayuda de emergencia de 600 reales (120 dólares), contra la voluntad de la administración del mandatario de tendencia ultraderechista, Jair Bolsonaro, que defendía un valor de 200, el índice de personas bajo el trazo de la penuria fue reducido a solo 3,9 por ciento en septiembre de 2020.
Sin embargo, el Gobierno redujo la asistencia a la mitad y a principios del pasado calendario suspendió el pago. Por lo anterior, en marzo de 2021 el índice de personas por debajo de la marca de la pobreza llegó a 13,2 por ciento.
La página oficial del Partido de los Trabajadores (PT) indicó que el estudio no analiza datos de este año, pero otros recientes muestran que «la falta de una política bien estructurada de combate a la miseria continúa masacrando a los brasileños».
Confirma que, a finales de 2021, la administración de Bolsonaro acabó, al mismo tiempo, con Bolsa Familia (programa inclusivo establecido por el ejecutivo del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva) y el auxilio de emergencia, y colocó en el lugar a Auxilio Brasil (otro plan de transferencia de renta, destinado a familias en situación de pobreza y de extrema indigencia).
Al hacerlo, abandonó, sin ningún tipo de sondeo para fundamentar la decisión, a más de 25 millones de familias que recibían ayuda. Actualmente se observa el resultado: el número de brasileños pasando hambre llegó a 33 millones, denuncia el PT.
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