De acuerdo con analistas como René Quevedo, citados por el diario Panamá América, la situación se agrava debido a que la economía no genera nuevas plazas de trabajo.
En ese sentido citan estadísticas del propio Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) que señalan que entre enero y mayo 2022, en esta institución se tramitaron 90 mil nuevos contratos, 47 por ciento menos que los 171 mil realizados en el mismo período hace dos años.
Hasta abril 2022, la diferencia en relación con 2019 se mantuvo en 42 por ciento; pero ahora es del 47 por ciento, según los estudios de Mitradel.
Para Quevedo la crisis del empleo es síntoma del deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en el país, sin la cual no habrá generación de empleos formales.
A su juicio, el hecho de que el grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) mantenga a Panamá en su listas grises por la falta de transparencia en la lucha contra el blanqueo de capitales tiene un daño importante en la reputación en los mercados financieros.
Por su parte, la economista Maribel Gordón señaló que antes de la pandemia de la Covid-19 ya la generación de puestos de trabajo tenía una tendencia descendente, pero actualmente se incrementa el nivel de desempleo, la informalidad y los bajos salarios.
Opinó que no se aprecia una política dirigida a generar plazas y nuevas fuentes de empleos que implicaría atender actividad económica vinculada fundamentalmente a la economía doméstica, a los microempresarios, a la producción.
El otro punto, dijo, es que aún persisten 87 mil personas que estaban empleadas que no han sido reintegradas.
Mientras, el especialista Olmedo Estrada señaló que para generar empleos se necesitan proyectos empresariales, crecimiento de las inversiones nacionales y extranjeras, lo que implicaría más contratos de mano de obra.
Sobre el tema el secretario general de la Confederación Nacional Sindical Única Independientes (Conusi), Marco Andrade, confirmó a Prensa Latina que actualmente más de 200 mil trabajadores están sin empleo y se ha incrementado la informalidad en el mercado laboral ,que llega al 40 por ciento, pero los ingresos no alcanzan para sufragar la canasta básica familiar.
La compleja situación, a la que se suman despidos masivos y el desinterés del Gobierno por atender estos reclamos traen como consecuencia permanentes movilizaciones callejeras contra el alto costo de la vida, apuntó.
mv/ga