En el Palacio Presidencial de Baabda y bajo la convocatoria del mandatario libanés, Michel Aoun, los 128 diputados divididos en bloques o en forma individual revelarán su designación para el cargo de primer ministro.
Desde el 22 de mayo pasado el gabinete dirigido por Najib Miqati trabaja de manera interina y su nombre resuena entre los candidatos a liderar el Consejo de Ministros, en una oportunidad para dar seguimiento a la gestión de los últimos meses tras llegar al puesto en julio de 2021.
A sus 67 años, el político de la norteña ciudad de Trípoli recibe el respaldo de la mayoría de los partidos tradicionales y los bloques de nuevos representantes sunitas que apoyan la formación de un gobierno similar en distribución política, de acuerdo con medios locales.
Sitios como Al-Akhbar, Al-Jadeed y Naharnet situaron en la carrera por el asiento de jefe de gabinete a figuras como los diputados Ashraf Rifi y Abdel Rahman al-Bizri, el economista Amer Bsat, al expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU Nawaf Salam, el embajador libanés en Alemania Mustapha Adib y el empresario Samir al-Khatib.
El país reconoce 18 confesiones de fe y el pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del Parlamento chiita.
Sin embargo, el acuerdo de Taif de 1989, que puso fin a la guerra civil libanesa (1975-1990), estableció una fórmula de reparto del poder basada en cuotas que otorga a cada una de las grandes comunidades religiosas (musulmana y cristiana) 64 puestos en el órgano legislativo.
La nación de los cedros efectuó elecciones legislativas en medio del escepticismo de muchos ante la formación de un gabinete capaz de salvar a Líbano de una crisis que sitúa a cuatro de cada cinco ciudadanos en la pobreza, según Naciones Unidas.
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