Desde hacía dos años cientos de miles de personas diversas -como ellos se autotitulan- soñaban con este momento y desempolvan en el desván de los ensueños toda su fantasía sepultada por el virus, el SARS-CoV-2, que los privó de su colorida y ya tradicional marcha.
Pero en esta ocasión, para satisfacción de todos, el recorrido tiene una enorme ventaja a las anteriores:
Ya no es fiesta de protesta y reclamos, sino de agradecimiento, de amistad, de regocijo, porque la tolerancia social rompió barreras ancestrales en un país donde resaltaban más que cualquier otro por su tradicional machismo, y la sociedad por fin ve a esa gran comunidad como parte de ella.
El gran problema, desde tiempos inmemoriales, fue la discriminación que se cernía permanentemente sobre ellos, como los nublados en el trópico, y les cerraban en sus narices puertas de oficinas, centros públicos, escuelas y universidades, y hasta en hogares.
Sus vidas eran un suplicio y el temor a perder la dignidad ante el prójimo era de tal tamaño, que los llevaba a expresar su diferencia sexual a escondidas, como un acto de subversión y clandestinaje, incluso penado por la ley y sus propios congéneres.
Afectaba su capacidad intelectual, creadora y productiva de tal forma, que muchas empresas e instituciones, como los ejércitos, los tenían vetados por muy inteligentes o arrojados que fuesen, y el tratamiento era de verdaderos extraterrestres.
Hace muy poco tiempo era impensable ver en México un espectáculo tan masivo y alegre como este de hoy, pues si bien los miembros de esa comunidad salían a realizar sus marchas, lo hacían bajo el riesgo de golpizas, gases lacrimógenos y capturas como si fuesen cualquier cosa menos personas.
Y ahora México, teatro de épicas batallas pretéritas, ha pasado a ser un ejemplo de tolerancia y, ¿por qué no? espejo donde podrían mirarse aquellos que aun le niegan condición humana a quienes se manifiestan diferente a su figura femenina o masculina.
Hoy ha sido en México un verdadero Día del Orgullo Gay, nombre con el que nacieron estas marchas y que han ido agregando a sus siglas originales tantas letras como expresiones de sexualidad pueden cohabitar en esta casa común, que es el planeta.
Ya duplicó sus cuatro iniciales LGBT y ha agregado cuatro más, TTIQ. La página web del gobierno de México, las explica en los siguientes términos:
L) Lesbiana: Mujer que se siente atraída erótica y afectivamente por mujeres. Gay) Hombre que se siente atraído erótico afectivamente hacia otro hombre. B) Bisexual: Personas que sienten atracción erótica afectiva por personas de un género diferente al suyo y de su mismo género.
T) Transgénero: Personas que se sienten y se conciben a sí mismas como pertenecientes al género opuesto a su sexo de nacimiento y optan por una reasignación hormonal.
T) Transexual: Personas que se sienten y se conciben a sí mismas como pertenecientes al género y al sexo opuesto a los que social y culturalmente se les asigna en función de su sexo de nacimiento y pueden optar una intervención quirúrgica.
T) Travesti: Personas que gustan de presentar de manera transitoria o duradera una apariencia opuesta a la del género que socialmente se asigna a su sexo de nacimiento, mediante la utilización de prendas de vestir, actitudes y comportamientos.
I) Intersexual: El adecuado para su uso, rechazando el de hermafroditismo. Q) Queer: Personas que además de no identificarse y rechazar el género socialmente asignado a su sexo de nacimiento, tampoco se identifican con el otro género o con alguno en particular.
rob/lma