La IATA expresó su consternación por el anuncio del Gobierno de la nación europea, que pretende bajar a 440 mil los viajes en la principal terminal aérea del país, una reducción del 20 por ciento de su límite potencial.
“Esta repentina decisión es un duro golpe para la aviación, el empleo y la economía de los Países Bajos”, dijo el director general de la IATA, Willie Walsh, quien señaló que antes de la pandemia de Covid-19 la aviación generaba más de 300 mil puestos de trabajo y un producto interno bruto de 22 mil millones de euros.
En esos resultados, añadió, tenía un papel clave la conectividad en el aeropuerto central global de Schiphol, que convirtió a Ámsterdam, en 2019, en la tercera ciudad europea mejor conectada internacionalmente, solo por detrás de Londres y París.
Walsh recordó que la disminución de los vuelos se suma a una triplicación del impuesto a los pasajeros y un aumento del 37 por ciento en las tarifas aeroportuarias, y catalogó la decisión como un estrangulamiento de la conectividad aérea que se ha desarrollado de manera constante durante 100 años.
El Gobierno de Países Bajos adoptó la medida con la intención de reducir el ruido y las emisiones de óxidos de nitrógenos (NOx), pero la IATA considera que la justificación no está respaldada por los hechos, pues la contribución de la aviación a la concentración de esos gases en el territorio nacional es de alrededor del uno por ciento.
“La reducción de Schiphol destruirá permanentemente los trabajos que solo ahora se están recuperando”, remarcó Walsh y añadió que sin la posibilidad de crecer, las empresas deberán evaluar su futuro en una economía que pasará de ser una puerta de entrada global a un centro regional.
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