La víspera, la líder de la organización Tupac Amaru fue ingresada en la clínica Los Lapachos, en la ciudad de San Salvador de Jujuy, debido a una trombosis venosa profunda y, aunque se encuentra estable, su situación es delicada.
Sus abogados y el personal médico denunciaron en las últimas horas que Sala es constantemente vigilada por policías armados que le impiden tener contacto estrecho con sus familiares y doctores.
Además, criticaron que los oficiales permanecen al lado de su cama informando todo lo que ocurre por teléfono y tomando videos y fotos, lo cual provoca un estrés considerable en ella y otros pacientes.
En un comunicado, la Secretaría exigió el cese del hostigamiento contra Sala, quien permanece privada de su libertad de manera arbitraria desde 2016.
Además, criticó la creciente persecución política, judicial y mediática en su contra y demandó que se cumplan las medidas de protección dispuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La líder de 58 años fue detenida por supuesta incitación a la violencia al encabezar una protesta en Jujuy contra los cambios impuestos por el gobernador Gerardo Morales en el sistema y programa de cooperativas.
En la actualidad se encuentra bajo arresto domiciliario y en múltiples ocasiones organizaciones sociales denunciaron la humillación, atropello, persecución judicial y ataques sufridos por ella durante los últimos años.
La situación de Sala es una de las principales preocupaciones en materia de derechos humanos en Argentina. La dirigente política lleva ya casi siete años detenida y se iniciaron 11 causas penales y una actuación contravencional contra ella y su familia, señala el texto de la Secretaría.
Un paso más en esa persecución es la amenaza constante de trasladarla nuevamente a un penal provincial. En las últimas semanas, el Ministerio Público de la Acusación de Jujuy expresó su intención de lograr que regrese a la cárcel y realizó varias presentaciones para revocar su detención domiciliaria, añade.
jcm/gas