Según versiones, el siniestro tuvo lugar en el contexto de un motín en el cual algunos presos prendieron fuego a colchones y el incendio se propagó por gran parte de la prisión.
La tragedia ocurrió en el pabellón ocho y aunque los bomberos llegaron rápido a la cárcel que alberga a mil 267 reclusos, con un 17 por ciento de sobrepoblación, muchos murieron por inhalación de humo.
De acuerdo con Blu Radio, en las afueras del centro carcelario se encontraban decenas de familias esperando conocer la identidad de las víctimas.
«Mis condolencias a las familias de los presos muertos en el incendio de la cárcel de Tuluá», expresó el presidente electo, Gustavo Petro, y señaló que el Estado colombiano ha mirado la cárcel como un espacio de venganza y no de rehabilitación.
«Lo acontecido en Tuluá, como la masacre en la Modelo (2021) obliga a un replanteamiento completo de la política carcelaria de cara a la humanización de la cárcel y la dignificación del preso», subrayó.
Por su parte, el jefe de Estado, Iván Duque, desde Lisboa, Portugal, lamentó los hechos ocurridos en la cárcel de Tuluá, Valle del Cauca.
«He dado instrucciones para adelantar investigaciones que permitan esclarecer esta terrible situación. Mi solidaridad con las familias de las víctimas», expresó.
mgt/otf