Tal cifra de maltratos representa un alza del 21,3 por ciento con relación a 2020. De ese total, el 62 por ciento tenía entre cero y nueve años.
La organización sin fines de lucro que monitorea los casos de violencia indica además que crecieron los casos de abandono de incapacitados, pornografía infantil y explotación sexual infantil.
De acuerdo con el reporte, el año pasado se registraron 66 mil 20 violaciones, un aumento del 4,2 por ciento en comparación con el calendario anterior.
El 75,5 por ciento de las víctimas eran vulnerables e incapaces de consentir, siendo que el 61,3 por ciento tenía hasta 13 años. En el 79,6 por ciento de los casos el autor era conocido de la víctima (parientes o personas de confianza).
Las niñas siguen siendo las más afectadas. Cuatro de ellas son violadas cada hora.
El informe se basa en información proporcionada por las secretarías estaduales seguridad pública, las policías Civil, Militar y Federal, entre otras fuentes oficiales del sector.
Por la escalada de agresiones, el Senado aprobó en marzo un proyecto de ley que acrecienta las penas en casos de violencia contra niños o adolescentes y tipifica como delito atroz el asesinato de menores de 14 años.
Figura entre las revisiones incluidas en el contenido la que garantiza la asistencia jurídica de un Defensor Público o de un abogado designado o nombrado para amparar a los pequeños y jóvenes en situaciones de violencia.
El documento determina una pena de tres meses a dos años para quien incumpla una resolución judicial favorable a la adopción de medidas cautelares de urgencia.
Tal proyecto de ley también aumenta la sanción por homicidio contra una persona menor de 14 años si el delito es cometido por un familiar, empleador, tutor o el apoderado de la víctima.
De igual manera si el atormentado es una persona con discapacidad o tiene una enfermedad que aumenta su vulnerabilidad.
La propuesta fue bautizada como Ley Henry Borel, en honor al niño de cuatro años que resultó golpeado y asesinado en marzo de 2021.
Más de seis mil niños y adolescentes murieron en 2020 de forma violenta intencional en Brasil, donde 267 tenían de cero a 11 años y cinco mil 855 entre 12 y 19, de acuerdo con el foro.
Otro informe, elaborado en colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), reveló que un total de 34 mil 918 infantes y jóvenes fueron asesinados en el gigante suramericano de 2016 al 2020, un promedio de siete mil por año.
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