La investigación mostró como el aumento de la temperatura afecta al gen E2F1 y señala que las alteraciones en el mismo conducen a una mayor predisposición a la infertilidad, a anomalías en los testículos e incluso al cáncer testicular, apunta la fuente.
El profesor Carlo Foresta, investigador principal de ese centro universitario, destacó que el estudio parte del hecho de que el E2F1 es responsable de regular la división celular y está muy implicado en la producción de espermatozoides.
Esta última disminuye a medida que sube la temperatura, de ahí que el escroto, donde se ubican los testículos, mantiene una temperatura promedio 2 grados centígrados más baja que el resto del cuerpo, señaló el especialista.
Foresta coordinó las labores del equipo encargado de ese estudio, que contó con la colaboración de Alberto Ferlin, director de la Unidad Operativa Compleja de Andrología y Medicina Reproductiva de Padua, ciudad ubicada en la norteña región de Véneto.
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