Sandro Raimondi, portavoz de la Fiscalía de la ciudad de Trento, ubicada en las cercanías del lugar, señaló que aún es difícil precisar con exactitud el número de víctimas de la tragedia, que costó la vida de al menos seis personas.
En la tarde del domingo último en el glaciar Marmolada, ubicado a tres mil 300 metros de altura en el macizo alpino de Las Dolomitas, ocurrió la fractura de un serac o bloque de hielo fragmentado, lo que provocó una gigantesca avalancha a 300 kilómetros por hora.
El rescatista Gino Comelli declaró que, «encontramos algunos cuerpos destrozados entre el montón de hielo y escombros esparcidos por más de mil metros», pero solo se identificaron hasta ahora cuatro de los seis fallecidos hallados, entre ellos tres italianos y un checo.
Los nueve heridos en este accidente fueron trasladados a hospitales de la región y continúa la búsqueda de otros fallecidos o sobrevivientes, aunque el vocero de la Dirección Nacional de Salvamento Alpino, Fabio Bristot, afirmó que «será difícil encontrar a alguien con vida».
En las labores de rescate se están empleando drones equipados con sensores térmicos capaces de detectar cuerpos por el calor que emiten, pero resulta difícil la participación humana directa debido al peligro de nuevos desprendimientos dadas las elevadas temperaturas.
Roberto Colucci, experto del Centro Italiano de Investigación (CNR) de estos fenómenos, aseguró a medios informativos que estos episodios se repetirán, debido al calentamiento global acentuado por la ola de altas temperaturas que por estos días afecta a Italia.
Como consecuencia del cambio climático, según cálculos iniciales, «dentro de 25 o 30 años el glaciar dela Marmolada no existirá», pero a la actual velocidad, afirmó, “probablemente sucederá antes” y en el año 2100, habrán desaparecido entre el 70 y el 96 por ciento de los glaciares alpinos.
mem/ort