Como obra de arte conceptual, la artista escocesa Katie Paterson valoró la idea del salón literario que, cada año, añadirá un nuevo autor a la colección conformada por textos de cualquier extensión o género, completamente inéditos a excepción de su título.
El proyecto tuvo su génesis en el bosque donado por el Ayuntamiento de Oslo en mayo de 2014 que rodea la capital noruega en el cual se plantaron mil árboles para elaborar el papel necesario en la publicación de las obras que no se podrán leer hasta dentro de un siglo.
La nómina de escritores participantes destaca a la canadiense Margaret Atwood, la surcoreana Han Kang, el estadounidense Ocean Vuong y la turca Elif Shafak, quienes ofrecieron sus obras.
Asimismo, los literatos Sjón (Islandia), David Mitchell (Reino Unido), Tsitsi Dangarembga (Zimbabue) y Karl Ove Knausgård (Noruega) estuvieron presentes en la ceremonia e introdujeron sus manuscritos en la denominada Sala del Silencio, abierta el pasado 12 de junio.
La sala sin puertas, ubicada en la Biblioteca Deichman Bjørvika y construida con 100 capas de madera tallada, guarda similar cantidad de cajones de cristal con los textos al tiempo que recibirá a pequeños grupos de visitantes para admirar el árbol genealógico de los autores.
Se trata que la generación futura confíe en nosotros y que realmente nos preocupamos por su futuro, declaró a medios internacionales la presidenta del Patronato de la Biblioteca del Futuro, Anne Beate.
Más de 400 personas de todo el mundo asistieron a la entrega del manuscrito para la Biblioteca del Futuro, cuya apertura fue postergada dos años a causa de la pandemia y permanece accesible en la plataforma online (www.futurelibrary.no).
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