El exgobernador paulista Geraldo Alckmin, precandidato a vice en la fórmula del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de octubre, también debe asistir a la reunión.
Tal encuentro será realizado por invitación del titular de la Fiesp, Josué Gomes, para que Lula y Alckmin presenten a la dirección de la entidad sus propuestas para el país.
De acuerdo con aliados del exdirigente obrero, la conversación con el empresariado era un antiguo deseo del exgobernante.
La evaluación en la precampaña del PT es que la cita en la Fiesp gana aún más importancia ante el hecho de que Lula no debe participar el 29 de julio en la reunión de la Confederación Nacional de la Industria con los aspirantes al poder.
Medios periodísticos aseguran que la cita de este martes marca asimismo un cambio de postura en el mando de la federación, pues Gomes asumió en julio de 2021, después de 17 años de la gestión de Paulo Skaf.
El empresario es hijo del exvicepresidente José Alencar, quien estuvo al lado de Lula en sus dos mandatos (entre 2003 y 2010).
Una de las principales marcas de la gestión de Skaf en la Fiesp fue la campaña «No voy a pagar el pato», que culminó en la adhesión de la liga a la cruzada para perpetrar el golpe parlamentario judicial contra la expresidenta Dilma Rousseff en 2016.
También Skaf declaró públicamente su apoyo al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
A partir de este mes, el foco, según articuladores de la precampaña del PT, está dirigido al diálogo con federaciones de la industria, el comercio y agronegocio.
La próxima semana, Lula tiene programado reunirse con dirigentes de la Confederación Nacional del Comercio, durante su viaje a Brasilia.
Un grupo de más de mil economistas nacionales firmó el 13 de junio un manifiesto en apoyo de la candidatura de Lula a la presidencia, en el próximo sufragio.
Titulado Movimiento de los Economistas por la Democracia y Contra la Barbarie, el documento recogió cerca de mil 150 signaturas, las cuales denuncian que «el Gobierno de Jair Bolsonaro implantó un proyecto autodestructivo».
Asimismo, «una dictadura neofascista que pretende perpetuarse armando a las policías y milicias para concretar su aspiración de poder», reza el texto.
Indica que los economistas que suscriben el contenido «entendemos que la superación de ese marco exige una unión en defensa de la democracia, de los derechos humanos y de la Constitución de 1988».
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