Este nuevo tramo, que costará 69 millones de euros, contará con cámaras para monitoreo diurno y nocturno, y cubrirá aquellos lugares donde no hay represas, pues la frontera limita con ríos naturales, de acuerdo con la información publicada en la agencia local PAP.
La decisión se dio a conocer en un contexto de emigración a través del territorio de Belarús de personas, sobre todo, provenientes de África.
“En marzo hubo mil 766 intentos de cruzar, el próximo mes ya menos de mil casos, y en junio se registró un descenso en el número de intentos registrados por la guardia fronteriza”, precisó Michalska.
También la portavoz resaltó que son personas en su mayoría que cruzan de forma ilegal, hombres jóvenes, principalmente ciudadanos del África subsahariana.
“Gracias a esto, los oficiales monitorearán la situación de manera continua, no necesariamente estando físicamente en la línea fronteriza, sino respondiendo a cualquier intento de cruzarla ilegalmente o incluso acercarse a ella”, ha señalado.
En este sentido, Michalska señaló que la barrera física ya existente, una valla de acero con concertinas, cuya longitud es de aproximadamente 186 kilómetros, será completamente funcional una vez que se instalen todos los elementos electrónicos.
“Está previsto que la construcción termine en el mes de septiembre”, aclaró la portavoz.
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