Bauer sostuvo que la situación “se está saliendo de control”, pues gran parte de la ciudad está controlada por las bandas armadas y la crisis empeoró en los últimos meses, mientras un millón de personas padecen inseguridad alimentaria.
“Estamos viendo un aumento significativo del hambre en la capital y el sur del país, siendo Puerto Príncipe el más afectado”, dijo, y recordó que ya el país enfrentaba los efectos de la pandemia de la Covid-19, desastres naturales, aumento de la inflación y de los costos de vida.
Desde el viernes dos poderosas federaciones de grupos armados se disputan el control del norte capitalino, y el coordinador advirtió que los choques hostiles tienen lugar en áreas cercanas al puerto.
“El contexto es la violencia de las bandas, las personas no pueden ir a sus trabajos, no pueden vender sus productos y al mismo tiempo aumentan los precios de los alimentos”, lamentó.
Líderes religiosos aseguraron este martes que entre 50 y 70 personas fallecieron por los enfrentamientos, mientras otros miles se encuentran recluidos en sus viviendas, lo cual agrava la situación humanitaria en esas zonas.
“No pueden ni alimentarse ni encontrar agua para beber”, lamentó el pastor evangélico Jean Enock Joseph a un programa radial.
Aún se esperan medidas de las autoridades para intentar frenar los choques hostiles de las pandillas, sin embargo, uno de los sindicatos policiales anunció para mañana miércoles una protesta ante el Ministerio de Justicia, tras la liberación de un presunto agresor de agentes.
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