La joven acudió a la justicia por sufrir de un mal degenerativo, incurable, muy doloroso y que se agrava día a día, por lo que decidió terminar con sus padecimientos renunciando a la vida, lo cual, dice, debe respetarse.
Explicó Gutiérrez que uno de los jueces de la Corte Suprema al tanto del tema planteó que Estrada, activista de la legalización de la eutanasia, se reúna periódicamente con autoridades de iglesias contrarias a la eutanasia y que decida su muerte asistida solo cuando se encuentre en estado terminal.
Esas condiciones, que serían fijadas en el protocolo pendiente de aprobación, en otra decisión judicial, son inviables, sostuvo la fuente.
Añadió que obligar a Estrada a dialogar con religiosos contradice a la Cconstitución que establece el carácter laico del Estado y al agravarse hasta un estado terminal, no estará en condiciones de tomar ninguna decisión.
Dijo también el defensor que la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema convocó para el 22 de julio a una audiencia sobre el protocolo a aplicarse para la muerte asistida de Ana Estrada.
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