Esta es la condición de que podamos importar el combustible y ponerlo a disposición de forma permanente, dijo el primer ministro durante una alocución a propósito del primer aniversario de su llegada al poder.
Henry dijo que será un esfuerzo que le pedirá gradualmente al pueblo haitiano, y felicitó la madurez de los ciudadanos cuando el pasado año el Gobierno decidió reducir las subvenciones de los productos derivados del petróleo.
En diciembre las autoridades anunciaron un aumento de hasta el 115 por ciento de la gasolina, el diésel y el queroseno, sin embargo, la escasez persiste en los surtidores y su precio se multiplica en el mercado informal.
Esta semana, el ministro de Comercio e Industrias, Ricardin Saint Jean, aseguró que el racionamiento es artificial e incluso ordenó el cierre de estaciones de servicio que no expendían el producto a pesar de contar con reservas.
Sindicalistas advirtieron que la crisis de disponibilidad de combustibles era fabricada por privados que aspiran a aumentar sus precios oficiales e incrementar sus ganancias.
El alto costo de los carburantes disparó también la canasta básica y se incrementaron ostensiblemente servicios como la transportación colectiva y la generación de energía en un país en el que solo poco más del 30 por ciento de la población accede a la electricidad estatal.
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