Durante su intervención en la LX Cumbre de ese organismo, el mandatario reconoció la complejidad del contexto actual, en el cual, dijo, vivimos las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 y la guerra en Ucrania.
Nos tocó gobernar en un tiempo muy difícil. Muchos de nuestros países tenían sus sistemas de salud desarmados y tuvimos que hacer un enorme esfuerzo por reconstruirlos. La pandemia generó un año de quiebre y paralización en la economía mundial. Algunos lo padecieron más y otros menos, pero absolutamente nadie quedó a salvo, señaló.
Cuando empezamos un proceso de recuperación paulatina, se desató una guerra en el hemisferio norte. Salieron del mercado millones de toneladas de cereales y alimentos. El hambre empieza a asediarnos a todos, añadió.
Ante ese escenario, resaltó la necesidad de acciones para evitar repercusiones catastróficas en Latinoamérica, el área más desigual del planeta.
Reaccionar y protegernos es nuestro deber. Somos una zona de paz y queremos un continente más justo, equilibrado e igualitario, donde podamos hablarnos mucho más y tomar decisiones. Viene el mundo de las regiones, no el de los países, afirmó.
Asimismo, abogó por fortalecer mecanismos de integración como el Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina somos grandes productores de alimentos. Tenemos una oportunidad formidable y el imperativo moral de ponernos de acuerdo para ir en socorro de un mundo hambriento, aseveró.
También indicó que, con el aporte de Chile, Bolivia y su nación, América Latina puede convertirse en proveedor de energía.
Poseemos las mayores reservas de litio, gas no convencional y la posibilidad de producir hidrógeno verde. Podemos trabajar juntos y convertir esas iniciativas en proyectos del Mercosur. Si no nos damos cuenta de que debemos estar más unidos que nunca, cometeremos el peor de los errores, indicó.
Además, instó a pensar en la posibilidad de un acuerdo de ese organismo con China.
En este escenario tan difícil, les pido que no nos ilusione la idea de separarnos y de buscar soluciones individuales. El mañana lo podemos comenzar a construir hoy, en conjunto y con nuestra lógica. Pensemos en nosotros como lo que somos: un espacio único, apuntó.
América Latina y el Caribe deben estar unidos de una vez y para siempre porque el mundo cambió geopolíticamente. Nadie se salva solo, concluyó.
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