En declaraciones a la prensa el vocero detalló que la acción «se centró exclusivamente en la infraestructura militar. No tuvo nada que ver con las áreas que se utiliza para cumplir con los acuerdos firmados en Estambul para exportar granos”, enfatizó.
La víspera, el Ministerio de Defensa ruso reconoció su ataque contra la zona portuaria donde estaban emplazados objetivos militares.
«Misiles navales de largo alcance y alta precisión destruyeron un buque de guerra ucraniano en el dique de un astillero en el puerto marítimo de Odesa y un depósito de misiles antibuque Harpoon que Estados Unidos había suministrado al régimen de Kiev», declaró la entidad castrense mediante un comunicado.
El texto refiere que la acción dejó fuera de servicio el astillero dedicado a reparar y modernizar los buques para la Armada ucraniana.
Asimismo, el comunicado aclara que los misiles de crucero antibuques Harpoon son capaces de desarrollar la velocidad de vuelo subsónica y transportar una ojiva de 225 kilogramos, y tienen el alcance máximo de 120 a 280 kilómetros que varía en función de su modificación.
La aclaración de la entidad de Defensa rusa llegó al día siguiente de que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, condenaran los ataques al puerto de Odesa, clave para garantizar el transporte seguro del grano ucraniano a los mercados internacionales.
El máximo representante de la ONU recordó que Rusia, Turquía, Ucrania y el organismo internacional firmaron el 22 de julio un acuerdo para desbloquear la exportación de cereales, alimentos y fertilizantes ucranianos a través del mar Negro desde tres puertos, incluido el de Odesa.
Rusia desde el comienzo de la llegada a Ucrania de armamento extranjero manifestó que cualquier sitio donde se ubicaran dichos donativos sería blanco de su Ejército como parte de la operación militar especial.
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