En su mensaje, la JVC afirma que los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953 constituyen acciones muy importantes para quienes creen en la transformación social en favor de los más pobres y la liberación total de los pueblos del mundo.
Destaca que la JVC se nutre, entre otras cosas, de las experiencias de la lucha de otros pueblos en diferentes momentos históricos y la acción heroica de aquel 26 de julio es uno de esos ejemplos que nos enseñan y nos inspiran.
Existen elementos de vital importancia que rescatamos de la hazaña revolucionaria que cumple 69 años, entre las cuales podemos mencionar el alto nivel de conciencia revolucionaria, y el amor palpable por el pueblo y la patria, apuntan los jóvenes comunistas de Costa Rica.
También, prosiguen, el coraje de quienes dan la vida por un objetivo colectivo superior, la vinculación del movimiento revolucionario con el pueblo, el asumir las consecuencias con dignidad y mirando al frente, la disciplina férrea, la importancia de la organización y todo lo que implica.
Recuerdan que fueron jóvenes quienes asaltaron los cuarteles en 1953, fueron jóvenes que cayeron, torturados y asesinados por las fuerzas de la dictadura de Fulgencio Batista aquel lejano, pero tan vigente 26 de julio.
«Seamos los y las jóvenes quienes organicemos, impulsemos la transformación social en nuestro pueblo y aportemos desde la solidaridad internacionalista con la liberación de otros pueblos hermanos», exaltan los militantes de la JVC.
Los combatientes del Movimiento 26 de Julio son jóvenes otra vez, pues a partir de su ejemplo brota la semilla revolucionaria en cualquier parte del mundo y en cualquier época, subraya el mensaje.
La historia de lo ocurrido en Bayamo y Santiago de Cuba debe conocerse en las comunidades, centros de estudio y de trabajo donde esté la juventud costarricense para que conozca el poder transformador que habita en cada joven que abre los ojos ante la sociedad que le rodea y se dedica a revolucionarla, concluye.
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