La Sala de Reconocimiento de la JEP precisó que dichos crímenes fueron cometidos en los municipios de Dabeiba e Ituango, en el departamento de Antioquia.
Se identificaron víctimas exhumadas en diligencias de entrega digna y se recabaron reconocimientos de responsabilidad y patrones criminales asociados a cuatro batallones dentro de un espectro de tiempo entre 1997 y 2006, detalló la JEP.
También se obtuvieron declaraciones que se refieren a hechos ocurridos en otros territorios hasta 2010, los cuales comprometen a miembros de la Policía Nacional, agregó.
Sin embargo, por estrategia de priorización y cuestiones metodológicas, en este caso sólo se resolvió la situación jurídica de integrantes de dos batallones y una brigada, sobre los que encontró bases suficientes para imputar como máximos responsables por jerarquía a tres coroneles en retiro: Jorge Alberto Amor Páez, David Herley y Guzmán.
También a dos mayores jubilados: Yair Leandro Rodríguez Giraldo y Hermes Mauricio Alvarado. De igual manera, se atribuye responsabilidad en calidad de máximos responsables por participación determinante a tres sargentos en retiro.
El caso sobre asesinatos y desapariciones forzadas en el cementerio Las Mercedes, de Dabeiba, se trata del primer caso conjunto de la Sala de Reconocimiento, donde confluyen dos investigaciones.
La Sala de la JEP puntualizó que a lo largo de la investigación del caso conjunto se lograron identificar tres patrones macrocriminales y el primero se refiere a un grupo de homicidios perpetrados contra personas puestas fuera de combate (desmovilizados) y asesinatos de víctimas señaladas previamente como auxiliadores, informantes o milicianos de la guerrilla.
La finalidad de dichas actuaciones era exterminar al enemigo identificado a partir del prejuicio insurgente sobre los campesinos de la región, entre los años 1997 y 2005.
Lo anterior tuvo lugar en un contexto de fuertes alianzas entre agentes estatales e integrantes de grupos paramilitares, con un trasfondo de presión por resultados operacionales (bajas), así como por el tráfico de armas y drogas por la región de Urabá.
El segundo patrón hallado coincide con el señalado en otros sub-casos referidos y demuestra hechos repetidos de homicidio contra civiles con el fin de presentar resultados operacionales y demostrar control territorial
El tercer patrón criminal determinado, de carácter autónomo y transversal, se encuentra conformado por un amplio espectro de hechos repetidos y uniformes de desaparición forzada, perpetrados en los cementerios de Dabeiba e Ituango, durante muchos años.
mgt/otf
















