De acuerdo con el último reporte oficial de ese organismo, ese resultado se derivó de un aumento tanto en la industria como en los servicios, y refleja la disminución del valor agregado en el sector agrícola, forestal y pesquero.
Como conclusión del análisis realizado el Istat apuntó que en el segundo trimestre del año, la economía italiana registró un crecimiento del 1,0 en términos económicos y del 4,6 por ciento en términos tendenciales.
De tal manera, se aprecia que la fase expansiva del PIB continúa por sexto trimestre consecutivo, con una aceleración respecto los primeros tres meses del año, cuando el crecimiento fue ligeramente positivo.
El crecimiento adquirido para 2022 se calcula en un 3,4 por ciento, aunque el Istat aclara el carácter provisional de ese estimado, que considera un crecimiento tanto de la industria como de los servicios por el lado de la producción, pero una caída de la agricultura.
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