Según un informe del organismo, solo entre el 24 de abril y el 16 de mayo, al menos 94 residentes y 96 pandilleros de las zonas norte y oeste de la capital murieron durante la “ola de violencia mortal” desatada en el área cuando coaliciones de bandas se disputaban el control de los barrios de Cité Soleil, Croix-des-Bouquets y Tabarre.
También denunciaron que 16 mil personas tuvieron que buscar refugio durante esas tres semanas, mientras 120 sufrieron heridas de balas y 12 continúan desaparecidos casi dos meses después de los choques hostiles, y se registraron numerosas denuncias de abuso sexual.
“Armados con rifles de asalto, pero también con machetes y bidones de gasolina, las bandas no perdonaron a nadie. Mujeres y niños de apenas un año fueron ejecutados en sus casas y sus cuerpos quemados”, asegura el balance.
Igualmente señalaron que jóvenes adolescentes, acusados de espiar para el otro bando, fueron ejecutados en lugares públicos, mientras la violación de mujeres y niñas, algunas menores de 10 años, se utilizaba como arma para aterrorizar y vengarse de los habitantes de los barrios controlados por bandas rivales.
La entidad señaló a los grupos criminales Chen Mechan y 400 Mawozo como los responsabldad es, apoyados por G9 Family and Allies (G 9 Familia y aliados), así como el G-Pèp.
Asimismo, indica que la proliferación de estos grupos se convirtió en un problema importante durante la administración del asesinado presidente Jovenel Moïse, sin embargo, esta última oleada de violencia demuestra que se reforzaron, probablemente con la participación de actores políticos y económicos, e incluso de antiguos elementos de la Policía, aseveraron.
En este contexto criticaron que, aunque la Policía tomó algunas acciones y se desplegó en zonas afectadas, la justicia tarda en tomar las medidas necesarias para detener a los autores de los crímenes.
El nuevo balance sale a la luz tras los enfrentamientos de las pandillas en Cité Soleil desde mediados de julio que dejaron más de 470 fallecidos, heridos y desaparecidos, según la ONU, y que luego se desplazaron hacia Bel Air en el centro de Puerto Príncipe.
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