Previsto hasta el 26 de agosto, este es el momento en que los países miembros del TNP se reúnen en su conferencia ordinaria quinquenal para analizar su evolución.
Según lo previsto, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, hablará en la sesión de apertura e inicio del debate.
El TNP es un pacto internacional histórico cuyos objetivos son evitar el despliegue de armas nucleares y tecnología armamentística, promover la cooperación para el uso de energía nuclear con fines pacíficos y alcanzar la meta del desarme.
Abierto a la firma en 1968, entró en vigor en 1970 y desde entonces es la piedra angular del régimen mundial de no proliferación nuclear.
Un total de 191 estados partes se adhirieron al Tratado, incluidos los cinco poseedores de armas nucleares, lo cual convierte al TNP en el acuerdo multilateral de desarme con un compromiso vinculante y con mayor número de consentimientos.
El Organismo Internacional de Energía Atómica se encarga de supervisar y hacer cumplir esas promesas.
A propósito de esta cita, aplazada por la pandemia de la Covid-19, el secretario general advirtió en diciembre de 2021 que los tiempos actuales son preocupantes.
La crisis climática, las ostensibles desigualdades, los conflictos sangrientos, las transgresiones de los derechos humanos y la devastación individual y económica que ha traído consigo la pandemia “han creado en nuestro mundo más tensiones de las que he visto en toda mi vida”, subrayó en un editorial.
“Sin embargo, la amenaza existencial que ensombreció la primera mitad de mi vida ya no recibe la atención que debería. Las armas nucleares han desaparecido de los titulares y de los guiones de Hollywood, aunque el peligro que representan es tan grande como siempre y crece año tras año”, dijo.
No hace falta más que un malentendido o un error de cálculo para desencadenar el exterminio nuclear, una espada de Damocles que conllevaría no solo muerte y sufrimiento a una escala horrorosa, sino el final de la vida en la Tierra, señaló.
Merced a una combinación de buena suerte y buen juicio, nadie empleó armas nucleares desde que incineraron Hiroshima y Nagasaki, en 1945, añadió.
“Pero con más de 13 mil armas nucleares en los arsenales de todo el mundo, ¿cuánto nos puede durar la buena suerte? La Covid-19 nos ha hecho más conscientes de las consecuencias catastróficas que pueden derivarse de un acontecimiento poco probable”, enfatizó Guterres.
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