La iniciativa nombrada Jwe pou lavi (Jugar para vivir) beneficiará a más de 300 infantes amparados en la institución Saint Louis de Gonzague, luego que la guerra entre bandas en Cité Soleil los obligó a abandonar sus hogares sin la compañía de sus padres.
“El objetico es ofrecer a estos niños un sano entretenimiento”, dijo el ministro Nesmy Manigat y abogó por el restablecimiento de la seguridad que permita el funcionamiento de las escuelas en los barrios más vulnerables.
Del 8 al 17 de julio las pandillas del G-9 y el G-Pep se enfrentaron por el control de Cité Soleil, un extenso barrio pobre en el norte de la capital que lleva años bajo la influencia de los grupos armados.
Como consecuencia, unas 471 personas murieron, resultaron heridas o se encuentran desaparecidas, de acuerdo con un balance de Naciones Unidas, aunque la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos aseguró que los fallecidos superan los 300.
Los violentos choques empujaron a más de cuatro mil 500 personas a huir de sus viviendas, entre ellas 700 menores.
Además, cerca de 300 mil ciudadanos quedaron atrapados sin agua, comida y servicios mientras duraron las hostilidades y las bandas impidieron el acceso a organizaciones humanitarias o de derechos humanos.
Estos son los segundos enfrentamientos con más víctimas desde mayo, cuando las cuadrillas que operan en Croix des Bouquets, un suburbio al noroeste de Puerto Príncipe, dejaron al menos 200 fallecidos.
La violencia creció en el país caribeño desde el asesinato en 2021 del presidente Jovenel Moïse y ante la incapacidad de las fuerzas policiales de combatir a pandillas estructuradas y bien armadas.
Se estima que al menos 200 bandas operan en la capital y sus alrededores y son responsables de al menos un millar de secuestros desde mediados del pasado año y unos 500 asesinatos durante 2022.
jf/ane