El primer ministro, Ariel Henry, se reunió este martes con varios miembros de su gabinete y reconoció que la situación desprecia los derechos básicos del ser humano.
Las decisiones tienen lugar tras el escándalo por la muerte de al menos una decena de presos desde finales de junio por inanición, calor y enfermedades.
En Les Cayes, al sur del país, ocho detenidos fallecieron a mediados de junio como consecuencia del aumento de las temperaturas en las celdas que acogen a unos 80 reclusos, además del poco acceso a una nutrición balanceada, explicó el comisario de Gobierno de esa ciudad, Ronald Richemond.
El procurador pidió ayuda al Gobierno, sector privado y sociedad civil para ofrecer agua y alimentos adecuados a los reos.
La semana pasada la organización por los derechos humanos Manos Unidas para el Desarrollo de Haití denunció la muerte de un detenido en Gonaïves, al noroeste de la capital, por las malas condiciones sanitarias de la prisión.
El hacinamiento de este centro de detención hace que este lugar sea un verdadero infierno para cualquiera que permanezca allí por cualquier motivo, denunció la plataforma, al señalar que los cubículos de los detenidos se encuentran abarrotados.
En 2018 el ranking World Prison Brief indicó que Haití es la nación que presenta la mayor superpoblación de un sistema penitenciario, al encabezar una lista de 205 países.
El reporte concluyó que las prisiones operan con un hacinamiento del 454 por ciento, lo cual agudiza los problemas de violencia y salubridad.
Por su parte, la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití expresó preocupación por el aumento de las muertes en las cárceles y deploró la alta tasa de detención preventiva prolongada.
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