El máximo representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) honrará a las víctimas no solo de esa tragedia sino también de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y reiterará a los líderes mundiales la urgencia de eliminar los arsenales de armas nucleares.
Durante su estancia en el país asiático, Guterres se reunirá con altos funcionarios japoneses, así como con un grupo de víctimas que sobrevivieron a la tragedia atómica, conocidos como hibakusha.
También sostendrá un diálogo con jóvenes activistas que lideran iniciativas de desarme y no proliferación nuclear y otras cuestiones globales.
Esta será la quinta visita de Guterres a Japón, la última vez fue a Nagasaki el 9 de agosto de 2018 para participar en otra ceremonia conmemorativa.
Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados en 1945 por Harry S. Truman, el entonces presidente de Estados Unidos.
Las bombas fueron lanzadas el 6 de agosto en Hiroshima y tres días después, el 9, en Nagasaki, y constituyeron enormes actos de terrorismo, indudables crímenes de guerra, a juicio de historiadores.
«A las 8:14 era un día soleado, a las 8:15 era un infierno», describió en un documental del canal Discovery Kathleen Sullivan, directora de Hibakusha Stories, una organización dedicada a rescatar testimonios de los sobrevivientes.
La explosión nuclear y sus consecuencias mataron en Hiroshima a unas 140 mil personas de una población estimada en 350 mil, mientras que en Nagasaki perdieron la vida alrededor de 74 mil.
El pasado 1 de agosto, al inaugurar la Décima Conferencia de las Partes para el Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear, Guterres advirtió que las tensiones geopolíticas alcanzan en la actualidad nuevas cotas.
La humanidad está a un solo malentendido, a un error de cálculo, de la aniquilación nuclear, sentenció el secretario general.
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