Según destacan medios locales, el programa de recompra obligatoria cubriría los más de mil 500 modelos y variantes de lo que la administración de Justin Trudeau considera armas de fuego de asalto, vetadas en Canadá desde hace dos años.
Para algunos diputados de la derecha conservadora, la medida afecta a los propietarios legítimos de esas armas y no a los delincuentes.
Sin embargo para el primer ministro liberal la iniciativa es una necesidad.
Solo tenemos que mirar al sur de la frontera para saber que si no tomamos medidas, con firmeza y rapidez, la situación empeora y es más difícil de contrarrestar, dijo.
La ley establece que los propietarios de tales artefactos deben participar obligatoriamente en el programa de recompra y que sus armas de fuego prohibidas sean inutilizadas.
Pero los conservadores afirman que el plan no aborda el flujo ilegal de las que ingresan al país y que esa es la raíz de los problemas de violencia armada en Canadá.
Los liberales también presentaron en mayo un proyecto de ley que impediría a nivel nacional la importación, compra, venta o transferencia de armas de fuego cortas.
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