El pasado 28 de junio, la Comisión de la Verdad, instancia transitoria creada a partir de la firma del Acuerdo de Paz en 2016 entre el Estado y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, presentó su Informe para esclarecer las causas, hechos y consecuencias de más de 50 años de conflicto armado.
La presentación tuvo lugar ante representantes de los países garantes del proceso de paz (Cuba y Noruega), organismos internacionales como la ONU, víctimas del conflicto, organizaciones defensoras de derechos humanos, entre otros.
Francisco de Roux, presidente de esa instancia, al dar a conocer la investigación exhortó a la reconciliación en Colombia y manifestó que con lo expuesto llevan a la ciudadanía un mensaje para detener la tragedia intolerable de un conflicto en el que el 80 por ciento de las víctimas son civiles no combatientes y menos del dos por ciento de las muertes ocurrieron en combate.
«Llamamos a liberar nuestro mundo simbólico y cultural de las trampas del temor, las iras, las estigmatizaciones y las desconfianzas. A sacar las armas del espacio venerable de lo público. A tomar distancia de los que meten fusiles en la política», expresó.
Convocó a proteger los derechos humanos y poner las instituciones al servicio de la dignidad de cada persona, de las comunidades y de los pueblos étnicos.
Explicó que constataron que quienes reconocen responsabilidades, lejos de destruir su reputación, la engrandecen, y de ser parte del problema pasan a ser parte de la solución que anhelan las víctimas y que necesitan ellos mismos, los perpetradores.
Colombia tiene la riqueza conmovedora de su pueblo, la multiplicidad de sus expresiones culturales, la profundidad de sus tradiciones espirituales y la tenacidad laboral y empresarial para producir las condiciones que satisfagan la vida anhelada, afirmó.
Sin embargo, es una sociedad excluyente, con problemas estructurales nunca enfrentados con la voluntad política y la grandeza ética que era indispensable como la inequidad, racismo, trato colonial, patriarcado, corrupción, narcotráfico, impunidad, negacionismo, seguridad que no da seguridad.
«Recibimos la misión de esclarecer en tres años y medio la verdad de este conflicto armado de más de seis décadas, dignificar a las víctimas, alcanzar el reconocimiento voluntario por parte de los responsables, favorecer la convivencia en los territorios y formular propuestas viables para la no repetición», recalcó.
En su alocución cuestionó por qué el país no se detuvo para exigir a las guerrillas y al Estado parar la guerra política desde temprano y negociar una paz integral.
«¿Cómo nos atrevimos a dejar que pasara y a dejar que continúe?», preguntó de Rox al presentar el documento sobre cuyas recomendaciones le propuso al presidente electo Gustavo Petro ponerlas en práctica para lograr la reconciliación y la paz.
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