Existen pruebas sólidas de que Ruanda apoya a los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) sobre todo en operaciones para controlar posiciones estratégicas, dice el texto, entregado la víspera al Consejo de Seguridad del organismo planetario.
El M23 es un grupo armado integrado por miembros de la etnia tutsi que se refugiaron en la RDC tras la masacre perpetrada en 1994 por hutus que costó la vida a entre 500 mil y un millón de tutsis y hutus moderados.
En 2013 el M23 firmó un acuerdo de paz con el gobierno de la RDC, pero retomó las armas meses atrás alegando incumplimiento de lo pactado por parte de las autoridades de Kinshasa.
Ruanda no puede comentar un informe que no ha sido publicado ni validado, dijo la portavoz del Gobierno ruandés, Yolande Makolo, quien recordó que un texto entregado al Consejo de Seguridad a mediados de este año no contiene las mismas alegaciones falsas.
Argumentó que la seguridad en la zona de los Grandes Lagos será una asignatura pendiente hasta tanto se resuelva el problema de la colaboración entre el Ejército de la RDC y el grupo armado Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).
La portavoz especificó que esa colaboración ocurre ante la vista de la Misión de la ONU en RDC (Monusco) “sin que haya solución a la vista» y subrayó que las FDLR atacaron en varias ocasiones territorio ruandés.
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