Para ello, se busca convertirlo en actor de una gran aventura tecnológica ya que su participación es el eje central de la propuesta que dio vida al concurrido recinto en la capital uruguaya.
Entonces, mediante la verificación de fenómenos físicos y químicos se fomenta la imaginación, la creatividad y el espíritu crítico, de acuerdo con el Laboratorio Tecnológico de Uruguay (LATU) que concibió al Espacio como su centro científico interactivo mediante una fórmula de educación-recreación.
Así el recorrido por las dos plantas del edificio permite introducir o reafirmar conceptos y principios científicos y tecnológicos dentro de un entorno novedoso con estrategias diferentes a las tradicionales.
De tal forma que no solo despierte el interés del visitante, sino que también le proporciona la posibilidad de tomar una decisión, manipular y actuar.
Según la concepción de LATU, la ciencia y la tecnología son ejes centrales en nuestras vidas, es por eso que su objetivo es generar sorpresa, divertir, entusiasmar, brindar información, motivar y generar reflexión a través de visitas guiadas y talleres para alumnos y docentes.
La metodología de trabajo se centra en la participación activa y se enmarca en los llamados museos de tercera generación, que invita a reflexionar: la premisa es ser partícipe de la acción bajo el fundamento de que para lograr apropiarse del conocimiento cada persona debe involucrarse e interactuar.
Del mismo modo, se apuesta por la interacción como un concepto multidimensional donde se involucra la acción manual, la actividad mental y también la emocional.
La sede edilicia alberga exhibiciones permanentes y temporales, salas para talleres y cinco áreas temáticas tituladas Ilusionarte, Sala conectar, Ecosistemas, H2O y Los superhéroes de la física. Además, hay un laboratorio científico para experimentar.
(Tomado de Orbe)