En declaraciones a Radio Métropole, Émile recordó que la inflación del 29 por ciento incrementa la inseguridad alimentaria que actualmente padecen más de 4,3 millones de haitianos, mientras la violencia de las pandillas constituye un freno a las actividades económicas.
Según el experto, que miles de personas no estén en las calles responde a que los actores políticos que otrora organizaron masivas manifestaciones son hoy funcionarios gubernamentales.
A esto se suma que las acciones y el poderío de las pandillas constituyen un freno a cualquier manifestación popular.
El gobierno realmente no controla la situación, el motín puede ocurrir en cualquier momento, advirtió.
Esta semana el primer ministro, Ariel Henry, alertó que el país experimenta su cuarto año de recesión económica con un crecimiento negativo de 0,4 por ciento, por lo cual se esperan tiempos difíciles.
El jefe de Gobierno admitió también que las acciones programadas en el presupuesto vigente no pudieron ejecutarse, lo cual afecta particularmente al sector agrícola que experimentó un descenso en el primer semestre del año.
El descenso del Producto Interno Bruto irá acompañado de un alto nivel inflacionario con sus graves consecuencias en lo social, además del incremento de los precios de los productos importados y locales, y la depreciación de la moneda nacional frente al dólar.
A ello se suma la caída de las transferencias internacionales y de la inversión extranjera, señaló en carta de alcance para el proyecto de presupuesto 2022-2023.
En medio de este panorama productos como el pescado y el aceite aumentaron un 54 y 88 por ciento, respectivamente, según datos del Instituto Haitiano de Estadísticas, lo cual amenaza con empobrecer aún más a la población y disparar las cifras de inseguridad alimentaria.
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