Márquez enfatizó en la necesidad de construir un diálogo social bajo los principios del respeto, la tolerancia y el reconocimiento mutuo, que incluya a las comunidades que históricamente han convivido en el departamento, al gremio productor, al sector empresarial y al Estado.
Es el llamado que hago, no sólo como vicepresidenta, sino como miembro de esta región. Tenemos clara la responsabilidad que nos asiste a nosotros, como gobierno nacional y con el espíritu de nuestros ancestros, de construir colectivamente una solución, subrayó.
La vicepresidenta reiteró que la prioridad del nuevo gobierno es proteger la vida y en tal sentido espera, junto a otras autoridades, encontrar una salida, que, en primer lugar, permita mantener la convivencia pacífica en esa región.
En segundo lugar, salvaguardar la vida de todos los comuneros. En tercero, adoptar medidas para mantener la convivencia entre los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos, agregó.
Dijo que el conflicto armado y social en el departamento y, en este caso, el conflicto por la tierra, no empezó ahora, se trata de una situación que lleva años y se profundizó.
«Estos conflictos por las tierras entre campesinos, indígenas y afrodescendientes son históricos. He sido testigo (…) de las múltiples situaciones que se han presentado», recordó.
La mesa de diálogo está integrada por el ministro del Interior, Alfonso Prada, la de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López, el gobernador del Cauca, Elías Larrahondo Carabalí, la alcaldesa de Santander de Quilichao, Lucy Amparo Guzmán, entre otros, así como representantes de las comunidades y gremios.
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