En un editorial firmado por su director, Martín Rodríguez, sobre la multitudinaria marcha popular de este martes hacia Casa Presidencial para respaldar el reclamo de estudiantes y trabajadores de las universidades públicas de recibir el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para financiar la educación superior en el país.
El más que masivo desfile obligó al Poder Ejecutivo reconsiderar su propuesta inicial de reducir dicho financiamiento en una proporción superior al 25 por ciento para 2023, en relación con el otorgado este año, es decir solo entregar un seis por ciento del PIB.
Al mismo tiempo de la marcha, representantes del gobierno y las universidades públicas en la Comisión de Enlace que discute ese financiamiento, conocido como Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), acordaron mantener el mismo presupuesto de este año en 2023, así como no recortar el programa de becas universitarias.
Para Libertad «la majestuosa manifestación universitaria de este 16 de agosto de 2022 significa no solo una contundente demostración por la defensa de la educación pública, sino también un triunfo sobre las intenciones de la lógica macabra que recorre el mundo entero de primero matar los derechos humanos y después a las personas».
Denuncia que la intención no es solo destruir la educación pública costarricense, sino que se trata de fomentar el comercio de la educación privada, el lucro de la educación para quienes puedan pagar.
Libertad aseveró que quedó demostrado, tan solo en la primera manifestación, algo que parecía dormido, en calma, pero que despertó con la furia de una juventud en defensa de su más sagrado derecho a la educación.
Tras alertar que los enemigos del pueblo, de la educación, de la cultura, de la clase trabajadora, de la vida buscarán acabar con todo, Libertad llama a que la respuesta de este día debe ser la misma contra los intentos de privatizar la salud pública, porque -subraya- «no hacemos nada con educación si no tenemos salud pública, ni viceversa…».
Concluye que el enemigo del pueblo no duerme y por ello el pueblo debe estar vigilante, alerta y dispuesto.
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