Expertos de la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, descubrieron que “esta reducía los niveles de azúcar en sangre en ayunas, mejoraba la respuesta a las inyecciones de insulina, modulaba la composición de las bacterias del tracto gastrointestinal y disminuía varios biomarcadores de inflamación”.
El equipo utilizó un modelo de ratón diseñado genéticamente que desarrolla obesidad, resistencia a la insulina e hiperglucemia, similar a la diabetes humana de tipo 2 avanzada.
Tal proceder de laboratorio –precisa la revista Scientific Reports- tenía como objetivo comprobar si la rodiola podía mejorar la homeostasis de la glucosa.
El extracto de las raíces de dicha planta actúa a través de cambios en el microbioma que dan lugar a un aumento de la integridad de la barrera intestinal y a una menor translocación de moléculas inflamatorias a la circulación sanguínea.
«La integridad de la barrera intestinal influye en el peso corporal y la respuesta a la insulina, y podría mejorar las respuestas de los tejidos hepáticos y musculares a la insulina producida por el páncreas», puntualizan los especialistas.
Conocida como rodiola, esta hierba crece en las regiones más frías y montañosas de Europa y Asia.
La raíz dorada como también se le nombra en la cultura escandinava y pueblos siberianos, es utilizada para aumentar la resistencia en el trabajo y mejorar el mal de altura.
Un ensayo clínico demostró que la ingesta diaria de 400 miligramos de extracto de Rodhiola rosea durante 12 semanas, mejoró síntomas de ansiedad, agotamiento e irritabilidad.
Sus propiedades están relacionadas con dos de sus ingredientes activos, la rosavina y la salidrosida.
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