Según recuerdan los autores en el Journal of the American Medical Association, el ácido úrico en niveles elevados se deposita en las articulaciones creando alrededor de ellas cristales de urato con forma de aguja.
Los mismos provocan una inflamación grave que se manifiesta con dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en las articulaciones, que suele durar entre una y dos semanas.
Estos episodios, llamados ataques de gota, suelen repetirse, y la inflamación es también un factor de riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, puntualizaron expertos de las Universidades de Nottingham y Keele, ambas ubicadas en el Reino Unido.
Las personas con ataques de gota recurrentes deben recibir un tratamiento a largo plazo con alopurinol para reducir el urato, recomendaron los científicos
El mismo es una forma fiable de eliminar los depósitos de cristales de urato y de evitar los brotes de gota.
En opinión de los especialistas, «también debe considerarse la posibilidad de que los pacientes reciban un tratamiento simultáneo con medicamentos antiinflamatorios, como la colchicina, durante los primeros meses, ya que los tratamientos para reducir el ácido úrico pueden desencadenar brotes de gota a corto plazo».
«Hay que animar a las personas con gota a que adopten un estilo de vida saludable con un tratamiento adecuado de afecciones como la hipertensión arterial, el colesterol alto, la obesidad y la diabetes para minimizar su riesgo de fondo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular», concluyen los investigadores.
La gota es una forma común de artritis causada por niveles elevados de ácido úrico, una sustancia química producida por la descomposición de los tejidos del organismo y presente en ciertos alimentos y bebidas.
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