También se le acusa de evasión de impuestos y blanqueo de capitales procedentes de delitos graves, precisó en una nota el cuerpo castrense en la red social Facebook.
La víspera el religioso fue apresado tras su audiencia ante la Oficina de Asuntos Financieros y Económicos de la Policía y se emitió una prohibición de salida del país luego de rechazar otras tres citaciones del organismo.
Las autoridades relacionan a Cole con un cargamento de 20 mil cartuchos de diversos calibres, un centenar de cargadores y una veintena de armas automáticas que llegó a mediados de julio al puerto de la capital, destinado a la Iglesia episcopal.
Poco después de conocerse el escándalo, la Iglesia negó en un comunicado cualquier implicación en el tráfico de armas y sugirió que el nombre de la institución fue utilizado por redes criminales, sin embargo, aún no se pronunció sobre el reciente arresto del sacerdote. Cole es el cuarto apresado por la investigación, luego que las autoridades detuvieran a una administradora que usualmente tramitaba las salidas de los contenedores por la Iglesia.
La mayoría de estos depósitos incautados por las autoridades durante el mes de julio provenían de Estados Unidos, donde investigadores federales reconocieron el aumento en la cantidad y el calibre de las armas contrabandeadas hacia Haití.
El director de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Miami dijo el miércoles que es sumamente perturbador lo que ocurre pues entre los artefactos confiscados se encuentra uno de calibre 50, utilizado por francotiradores militares.
Todo ello mientras el país caribeño enfrenta un auge de la violencia de los grupos armados que controlan amplias zonas de Puerto Príncipe y sus alrededores y que usualmente se encuentran mejor equipados que la Policía.
Los enfrentamientos entre las pandillas fueron responsables de la muerte de al menos 500 personas desde finales de abril, mientras más de 20 mil tuvieron que huir de sus casas, entre ellos 700 menores no acompañados.
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