El fiscal dio un plazo de ocho días para que los pequeños comerciantes cesen la práctica ilegal y advirtió que adoptará medidas para hacer cumplir el decreto que prohíbe el mercado negro y la especulación.
La enésima advertencia gubernamental ocurre cuando la mayoría de las estaciones de servicio de Puerto Príncipe se encuentran cerradas presuntamente por racionamiento de carburantes, sin embargo, pequeños galones con el rubro se encuentran fácilmente en las calles de la ciudad.
En el mercado informal el combustible triplica los precios oficiales, por lo cual según los sindicalistas es un negocio lucrativo que involucra a muchos actores económicos.
De hecho, las autoridades cerraron al menos dos gasolineras que se negaban a vender el producto a pesar de contar con existencias.
La crisis de combustible aumentó particularmente en el último año, pese a que el Gobierno entregó la gestión del sector a privados.
La guerra que libran las federaciones de pandillas en barrios vulnerables agravó la situación pues en la misma zona se emplaza la terminal petrolera Varreux, que almacena el 70 por ciento de los combustibles del país.
El grave racionamiento de los productos petroleros disparó los precios de los alimentos y la transportación colectiva, esta última triplicó su valor en el último trimestre.
En este contexto, la Asociación de Propietarios de Estaciones de Servicio alertó sobre el agravamiento de la crisis por la disminución del volumen de los carburantes importados como consecuencia de la depreciación de la moneda nacional.
Su presidente, Marc André Derifonce, señaló que las dificultades de los importadores para acceder a los dólares podrían empeorar el problema.
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