En una ceremonia de graduación en Chungju de más de dos mil nuevos oficiales, el mandatario confirmó una serie de acciones, que incluye el aumento del salario, oportunidades de ascenso equitativas y asistencia del Gobierno para reforzar las medidas de seguridad en el sector, informó la agencia de noticias Yonhap.
Los poderes de la Policía fueron incrementados considerablemente por lo que se deben construir instituciones y sistemas apropiados para tal responsabilidad, también dijo Yoon en clara alusión al organismo que el Ministerio del Interior pretende inaugurar para controlar al cuerpo represivo que ha suscitado un mayoritario rechazo entre sus miembros.
A finales de julio, 50 jefes de comisarías y 140 funcionarios superiores participaron en una reunión de protesta contra la decisión ministerial y amenazaron con acciones violentas si se materializaba la apertura de dicho ente.
En aquella ocasión, el jefe de gabinete presidencial, Kim Dae-ki, calificó el encuentro de inapropiado y ratificó la apertura de la polémica oficina como está previsto antes de la implementación en septiembre de dos leyes que transferirán a la Policía los poderes de investigación de la fiscalía.
Jefes de las comisarías aseguraron que el plan del ejecutivo era ilegal y advirtieron que las autoridades deben contar con el consenso de los 130 mil policías del país para lograr su objetivo.
De acuerdo con Yonhap, la fuerza policial en República de Corea quedó fuera del control directo del gobierno central y se convirtió en una organización independiente en 1991, luego de la revisión de la ley de oficiales.
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