La afirmación la hizo en respuesta a una pregunta sobre si Biden había respondido una carta enviada por México para que retire el financiamiento a un grupo del empresario conservador Claudio X González quien recibe pagos desde la embajada de Estados Unidos de la oficina de ayuda al desarrollo conocida por sus siglas USAID.
López Obrador respondió de forma tajante que no ha habido respuesta y todo indica que siguen financiando a ese grupo, algo en lo que no coincidimos con el gobierno de Estados Unidos aunque llevamos buena relación, pero hay prácticas políticas que consideramos inapropiadas y pensamos que son actos intervencionistas.
Reiteró su posición de que ningún gobierno tiene el derecho de intervenir en asuntos de otros estados, no existe un gobierno mundial. Cada país tiene el suyo y debe ser libre, independiente y soberano, como lo es México, dijo.
Nosotros, agregó, no estamos de acuerdo en que algún gobierno intervenga en asuntos que solo competen a los mexicanos, a ningún gobierno extranjero sea de Estados Unidos, Rusia o China le aceptamos el intervencionismo que es parte de una política colonialista muy atrasada y anacrónica y no tiene que ver con estos tiempos.
Eso implica una actuación irrespetuosa hacia otros pueblos y es contraria a las normas internacionales y a la buena vecindad, enfatizó.
Reiteró que Biden no ha dado respuesta a esa nota acerca del financiamiento a grupos para que ataquen a nuestro gobierno, pero sospecho que esa posición no les conviene ni tampoco mantener esa situación.
Pierden autoridad moral y política al actuar así. Ese grupo está financiando con dinero que le entrega Estados Unidos campañas en contra de un gobierno democrática legítimamente constituido y es una práctica que no corresponde a los tiempos porque es parte de la decadencia de un sistema obsoleto.
Consideró necesario llevar a cabo un cambio, una transformación, en el comportamiento de las naciones en el ámbito internacional. Ojalá esto cambie, aunque antes estaba peor porque organizaban golpes militares, quitaban y ponían gobernantes a su antojo.
México fue víctima de esa política, dijo, y puso como ejemplo la operación Rápido y Furioso bajo el gobierno del expresidente Felipe Calderón.
Esta consistió en introducir armas de fuego en el país que quedaron en manos del crimen organizado y que agravó de manera superlativa la situación de violencia que persiste hasta hoy, y fue una violación fragante de la soberanía mexicana, afirmó.
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