Por Nicholas Valdes
Periodista de la Redacción Internacional de Prensa Latina
Después de quedar establecido el gobierno Talibán en agosto de 2021, el portavoz del Emirato Islámico Zabiullah Mujahid dijo, en conferencia de prensa, que estaban comprometidos con la libertad de expresión.
Nuestro compromiso con los medios se basará en el marco del periodismo. Queremos que todas las publicaciones privadas sean libres e independientes, dijo Mujahid en aquella ocasión. Sin embargo, a los pocos días de esas declaraciones se iniciaron los cambios para el sector de la prensa, y no precisamente para mejor.
El nuevo gobierno comenzó su gestión en ese sentido enviando cartas a los medios de comunicación para precisar que los talibanes deberían llamarse en lo adelante «Emirato Islámico», al tiempo que imponían múltiples restricciones.
Puntos de venta ahora clausurados, cierre de organizaciones mediáticas, periodistas desempleados y la salida del país de cientos de profesionales de la prensa se consideran los principales desafíos que enfrenta hoy la comunidad de medios afgana.
De acuerdo con un informe de la Federación de Periodistas y Medios de Afganistán, detuvieron sus actividades 219 de las 547 entidades de prensa registradas en la nación árabe debido a los actuales problemas económicos.
Los funcionarios de la organización hicieron sugerencias a la comunidad internacional y al propio Emirato Islámico sobre la protección de los trabajadores de la prensa, pero el problema no se resuelve.
Con el cierre de estas empresas, alrededor de 12 mil trabajadores –de ellos, dos mil 100 mujeres-, perdieron sus trabajos, denunció Hojatullah Mujadidi, presidente de la Asociación Afgana de Periodistas Independientes.
Por otro lado, durante los últimos 12 meses el Emirato Islámico emitió muchos decretos, aplicando nuevas condiciones a los medios de comunicación. Una de las más recientes es la imposición de que las presentadoras usen máscaras mientras aparecen en pantalla.
Obviamente, realizar los programas con mascarilla es difícil, señaló sobre el tema Tahmina Osmani, presentadora del canal TOLOnews.
VIOLENCIA CONTRA MEDIOS DE PRENSA
Todo esto ocurre cuando la Asociación de Periodistas Independientes de Afganistán divulgó que desde septiembre de 2021 se registraron más de 130 casos de violencia contra reporteros y que 92 trabajadores de la prensa fueron detenidos.
Según las estadísticas presentadas por la entidad, dos periodistas fueron asesinados y otros cuatro resultaron heridos en el último año.
Aunque el gobierno interino se comprometió a respetar la libertad de prensa dentro de una estructura islámica, aún no promulgó ningún proyecto específico para formar la estructura de la ley de medios de prensa.
En febrero pasado, otro vocero de los talibanes anunció que pronto formarían la Comisión sobre Violación de los Medios.
Se está trabajando en este sentido. Los funcionarios del gobierno fueron reemplazados recientemente. Una vez que todos se familiaricen con su función, trabajarán en ello, señaló en esa oportunidad Bilal Karimi, portavoz adjunto del Emirato Islámico.
Mientras tanto, los periodistas expresaron su preocupación por las restricciones impuestas a la cobertura de incidentes de seguridad en Kabul, la capital afgana.
El reportero Jawad Etimad, quien trabaja para una publicación online, denunció que fue arrestado mientras cubría una explosión en el distrito policial número cinco de la ciudad y pasó dos días detenido por el Talibán.
Me impidieron filmar, me golpearon con patadas y puñetazos, y luego me arrestaron, dijo Etimad, pero el Ministerio del Interior negó cualquier tipo de maltrato a ese ciudadano.
El tema está bajo investigación y si se demuestra que la acusación de maltrato en contra de Etimad es correcta, los perpetradores enfrentarán problemas legales, informó la cartera en un comunicado.
La organización de vigilancia de los medios de prensa declaró por su parte que las actuales restricciones en el acceso a la información no son aceptables.
Los medios tienen derecho a cubrir. Cada vez que hay restricciones en el acceso a la información, es una violación de la ley establecida en el país, dijo el jefe del Sindicato Nacional de Periodistas de Afganistán, Masroor Lutfi.
Así las cosas, los periodistas del país han pedido en varias oportunidades que se respete la ley de medios de comunicación, pero a pesar de que el Talibán reconoció públicamente que dicha legislación -redactada por el gobierno anterior- es válida, la realidad muestra que el futuro de esa profesión en Afganistán resulta cada vez más incierto.
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