Se avecina una catástrofe, porque el incremento de la factura energética causará daños físicos y financieros a las familias a lo largo del país, afirmó el economista Jonathan Marshall, coautor de un estudio publicado este jueves por la institución.
El ente regulador de la energía (Ofgem) tiene previsto anunciar mañana viernes el nuevo tope de precios que las compañías eléctricas y de gas podrán cobrar a sus clientes a partir del 1 octubre.
Se prevé que el límite sea fijado en tres mil 600 libras esterlinas anuales (más de cuatro mil 360 dólares), pero podría llegar a cuatro mil 266 libras (más de cinco mil 100 dólares) en enero próximo, cuando la Ofgem vuelva a revisar el margen permitido.
De acuerdo con la Resolution Foundation, el Gobierno debe tomar medidas radicales y urgentes para evitar que miles de personas queden sin electricidad en el invierno, y millones más acumulen atrasos inmanejables.
Tras apuntar que la ayuda estatal de 30 mil millones de libras (más de 35 mil millones de dólares) anunciada por las autoridades en mayo pasado resulta insuficiente para enfrentar la crisis del costo de la vida, el tanque pensante aconsejó a las autoridades decretar el congelamiento de los precios.
También abogó por un imponer un impuesto solidario de una libra esterlina a quienes devengan salarios más altos, y una rebaja del 30 por ciento de la tarifa para los hogares con ingresos por debajo de los 25 mil libras anuales (unos 30 mil dólares).
Según la Resolution Foundation, ninguno de los planes anunciados por los dos candidatos que compiten en las elecciones internas del gobernante Partido Conservador para reemplazar al dimitente primer ministro Boris Johnson son factibles.
Al respecto, afirmó que la propuesta de la canciller Liz Truss de reducir los impuestos no funcionará, mientras que las intenciones del exministro de Hacienda Rishi Sunak de aumentar la ayuda estatal no abarcará a las familias trabajadores sin derecho a recibir esos beneficios.
La semana pasada, el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, propuso mantener el tope de la tarifa energética fijado en abril pasado (mil 971 libras (unos dos mil 400 dólares).
Según dijo entonces Starmer, para costear el plan laborista se aplicaría un impuesto extra sobre las enormes ganancias que obtienen las trasnacionales petroleras y gasíferas.
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