Mediante un informe, la entidad constató la erosión de gran parte de los derechos de salud, educación, protección, juego y recreación de los infantes libaneses como consecuencia del colapso económico y el impacto de la pandemia de la Covid-19.
Altos precios y el desempleo arrastran a miles de familias en el país a la pobreza, para limitar sus capacidades a la hora de satisfacer las necesidades básicas de los hijos, puntualizó Unicef.
El estudio evidenció que los más pequeños en casa son muy conscientes del efecto de la crisis en sus vidas y el país; y en ese sentido, “muchos ya no sueñan con un futuro mejor en Líbano y ven en la emigración su única esperanza”.
Al mismo tiempo, Unicef señaló que la relación tradicional entre padres e hijos es destruida en el país debido a la presencia cada vez más de los niños en puestos de trabajo mientras los adultos quedan desempleados.
El Fondo de Naciones Unidas manifestó que las crecientes tensiones, alimentadas aun más por la polarización entre y dentro de las comunidades, incrementó la violencia, incluso en los hogares y las escuelas.
De acuerdo con Edouard Beigbeder, representante de Unicef en Beirut, el Gobierno debe implementar medidas urgentes de protección social, garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los niños y fortalecer los servicios de atención primaria de salud y protección.
Los hallazgos del informe indicaron que 84 por ciento de los hogares en Líbano no tenían suficiente dinero para cubrir las necesidades, el 38 redujo los gastos en educación y el 60 disminuyó los pagos en tratamiento de salud.
Ante este panorama, Beigbeder enfatizó que las problemáticas infantiles en Líbano requieren de ampliar la asistencia social y proporcionar subsidios a las familias más vulnerables.
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