En imágenes divulgadas este viernes por el Sindicato de Trabajadores de las Comunicaciones (CWU) en sus redes sociales se observa a los empleados con sus característicos chalecos rojos parados fuera de las oficinas de correos en diferentes partes del país.
Muchos establecimientos y viviendas también exhiben carteles en apoyo al paro, que según el secretario general del CWU, Dave Ward, es el mayor que se registra en el Reino Unido desde 2009.
No podemos seguir viviendo en un país donde los jefes obtienen miles de millones en ganancias, mientras sus empleados son obligados a utilizar los bancos de alimentos, afirmó Ward.
De acuerdo con el líder gremial, el grupo Royal Mail obtuvo beneficios por valor de 758 millones de libras esterlinas (unos 915 millones de dólares) el año pasado, y sus accionistas se embolsillaron 400 millones de libras (482 millones de dólares).
Ward agregó que a pesar de esas enormes ganancias, la compañía solo accedió a otorgar un incremento de sueldo del dos por ciento a un sector que según dijo, forma parte del tejido social del país.
Vamos a luchar muy duro aquí para conseguir el alza salarial que nuestros afiliados merecen, aseveró.
El paro de los empleados de correos se suma a otros protagonizados en las últimas semanas por los trabajadores ferroviarios, los choferes de autobuses del transporte público, los abogados, los trabajadores de la salud y los obreros portuarios, en demanda de un aumento salarial acorde a una inflación del 10,1 por ciento.
La huelga de este viernes podría repetirse el 31 de agosto y los días 8 y 9 de septiembre, de no llegarse a un acuerdo con la directiva de Royal Mail.
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