Publicado por la televisora estatal en árabe Makan 33 y realizado por el Instituto de Investigación Statnet, el sondeo destacó que durante los comicios celebrados el pasado año 44,6 por ciento de ese sector poblacional ejerció su derecho al voto.
Por el contrario, en las justas de diciembre de 2019, la participación alcanzó un máximo sin precedentes del 64,8 por ciento, lo cual le permitió a la Lista Conjunta, una alianza de partidos árabes y de izquierda, obtener 15 escaños en la Knesset (Parlamento).
Ahora la mayoría de las encuestas otorgan de cinco a seis curules a esa coalición, encabezada por el diputado Ayman Odeh, en tanto la agrupación islamista Raam sumará otros cuatro.
La falta de participación árabe podría ayudar al bloque de derecha, dirigido por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, a lograr la mayoría en el legislativo, estimó el diario The Jerusalem Post.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
Una encuesta realiza en marzo último reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría judía.
Según la investigación del Centro para la Religión, la Nación y el Estado, el 69 por ciento dijo ser objeto de racismo y discriminación en lugares públicos, mientras el 41 por ciento lo fue en instituciones académicas.
La ONG Sikkuy asegura que una de las principales razones de las diferencias entre los ciudadanos árabes y judíos es la asignación desigual de los recursos estatales.
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