Un estudio de esa institución, publicado este miércoles, analizó 10 desastres seleccionados como representativos de un problema global más amplio, con el fin de determinar las causas de fondo y los factores que los provocan.
A partir de esos siniestros y sus consecuencias el informe emitido por la ONU propuso ocho soluciones que pueden prevenir o reducir los riesgos, entre ellos dejar actuar a la naturaleza o coexistir con los procesos naturales, innovar, mejorar la colaboración y establecer redes de seguridad para proteger a las personas.
También consumir de forma sostenible, reforzar la gobernanza y aumentar la capacidad de las instituciones, planificar los riesgos para lo cual es necesario diseñar y construir infraestructuras, y potenciar las alertas tempranas para mejorar la capacidad de predecir y comunicar los riesgos.
Al respecto, el doctor Jack O’Connor, científico principal de la Universidad de las Naciones Unidas y autor principal del informe destacó que al igual que las catástrofes están interconectadas, también lo están las soluciones, lo cual puede salvar vidas y evitar daños costosos.
El estudio destacó que si no se realizan inversiones ni se amplían las soluciones inteligentes, los desastres vividos durante el último año son solo el comienzo de la nueva normalidad.
De acuerdo con el texto, la responsabilidad de aplicar estos cambios recae en todos los ámbitos de la sociedad: el sector privado, los gobiernos, los responsables regionales y locales y en las personas, porque todos son parte de la solución.
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