Ante la presencia de miles de personas en la capitalina Plaza de Mayo, la representante de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra Darín, leyó un comunicado conjunto de las agrupaciones representadas allí, el cual tiene por título La paz social es una responsabilidad colectiva.
Frente al ataque a la principal dirigente política de nuestro país, nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas al repudio unánime que esta acción demanda, indica el texto.
No hay manera de relativizar ni minimizar un intento de magnicidio. La solidaridad de dirigentes de América Latina, Europa y del papa Francisco muestran que el mundo comprende la gravedad de lo ocurrido. En el mismo sentido se expresaron el movimiento obrero, las empresas, comunidades religiosas, asociaciones deportivas y otras organizaciones, añade.
Asimismo, pide a todos los dirigentes comprender que la convivencia democrática debe prevalecer sobre cualquier desacuerdo.
Si no queremos que la intolerancia y la violencia arrasen con el consenso construido desde 1983, debemos contextualizar lo sucedido. Desde hace varios años, un sector minúsculo de la política y sus medios repiten un discurso de odio, de negación del otro, estigmatización y criminalización de dirigentes populares o afines al peronismo, advierte el comunicado.
En ese sentido, recuerda que manifestantes opositores colocaron en las plazas más importantes de esta capital bolsas mortuorias, ataúdes y guillotinas.
No son inocentes ni gratuitos los discursos extremos, llamados a la agresión y afirmaciones que niegan la legitimidad democrática. Nadie es individualmente responsable por las acciones de otros, pero quienes cedieron ante esos actos deberán reflexionar sobre cómo colaboraron para que lleguemos hasta esta situación, leyó Darín.
El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamado a la unidad nacional, pero no a cualquier precio: ¡El odio afuera!, concluyó.
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