La de este lunes constituyó la primera comparecencia de Sanon desde su detención en julio de 2021, poco después del crimen y las acusaciones de ser uno de los principales organizadores del complot, que involucró a una veintena de exmilitares colombianos.
Sanon, quien vivió durante varios años en Estados Unidos, se presenta como doctor y pastor cristiano que brinda “liderazgo para Haití a través de una vida de acción positiva y absoluta integridad”.
En 2011, impulsó una carrera política y criticó la corrupción de las élites haitianas, el control de la comunidad internacional sobre el país, además de afirmar su deseo de encarnar la alternativa a las necesidades de la población.
El doctor regresó a Haití en junio, un mes antes del magnicidio, a bordo de un avión privado y acompañado por agentes de seguridad colombianos.
Según la investigación, la misión inicial era secuestrar a Moïse y obligarlo al exilio, pero poco antes de la fecha el objetivo cambió.
Moïse murió por 12 disparos en su residencia en Pelerin 5, una zona acomodada de la capital, y sin que intervinieran los guardias de seguridad, mientras los atacantes se identificaron como miembros de la estadounidense Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Voltaire, por su parte, es el quinto juez que investiga el archivo y recientemente solicitó una prórroga en la instrucción al admitir que no pudo concluir la pesquisa.
Al menos 40 sospechosos, entre ellos 18 colombianos, se encuentran detenidos en la Penitenciaría Nacional, pero aún no se imputaron cargos.
Jovenel Moïse fue el quinto presidente asesinado en el país caribeño desde su independencia en 1804 y su muerte amplía la ya larga lista de crímenes de alto perfil que quedan por resolver en Haití.
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