Los desplazados de los choques armados habitaron las aulas durante meses, pero ante la inminencia del comienzo del año lectivo bloquearon la entrada a los escolares y decidieron permanecer en los centros educacionales.
Muchos alegan carecer de techos seguros para vivir, mientras los padres exigen a las autoridades resolver el asunto con premura para que los niños puedan regresar a sus escuelas.
El administrador militar de la región, Luc Bakole Nyengeke, reconoció lo difícil de la situación y explicó que, en tanto, estudiantes y desplazados compartirán el mismo espacio en horarios diferentes.
Enfrentamientos armados entre el Ejército de la RDC y el grupo insurgente M23 en la norteña provincia de Kivu Norte provocaron el desplazamiento de miles de civiles.
El este de Congo Democrático es azotado desde hace más dos décadas por la violencia de agrupaciones armadas, pese a la presencia de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas, organismo de paz que tiene desplegados en este país unos 13 mil efectivos.
Tales entes irregulares persisten en su propósito de controlar extensas demarcaciones en la RDC, ricas en recursos minerales, como oro.
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