El primer ministro, Ariel Henry, blanco del reclamo de miles de manifestantes en las últimas dos semanas, reconoció la grave situación que provoca la escasez de los productos petrolíferos, el elevado costo de la vida y las dificultades que enfrentan los padres ante el reinicio del curso escolar.
En este contexto, aseguró que aplicará un programa de apaciguamiento social en beneficio de las poblaciones más vulnerables y desfavorecidas, además de comprometerse a luchar contra la pobreza extrema y facilitar la vuelta a la escuela en las mejores condiciones posibles, de acuerdo con un comunicado de la oficina gubernamental.
Henry alentó a las asociaciones sindicales de mototaxistas a reagruparse mejor para acceder a servicios sociales básicos como el seguro médico y llamó a la calma al sector para que no cedan a lo que considera como manipulaciones políticas para socavar la estabilidad y el Estado de derecho.
Su alerta ocurre en medio del aumento de las protestas de las últimas semanas en varias ciudades del país que amenazan con extenderse por todo el territorio nacional y que critican particularmente el desabastecimiento de los hidrocarburos y sus precios en el mercado informal.
La escasez disparó los costos de la canasta básica agravando la crisis nacional y aumentó servicios como la transportación y la generación de energía.
La semana pasada la Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas reveló que creció en un millón la cifra de haitianos que sufren inseguridad alimentaria hasta alcanzar los 5,6 millones de personas, lo que representa casi la mitad de la población.
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