El organismo explicó que la inflación importada y la escasez de los combustibles impactaron los precios en el mercado local.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas, prendas de vestir, calzado y mobiliario sufrieron un alza de hasta 3,9 por ciento con respecto a junio y hasta un 33,6 por ciento anual.
Por su parte, los productos importados y las producciones locales aumentaron interanualmente un 43,2 y 23,2 por ciento, respectivamente, y las variaciones más significativas se observaron en los departamentos Sur y Oeste.
La tasa de inflación que experimenta la nación caribeña es una de las cifras más altas de la última década y se encuentra en el centro de los reclamos de miles de personas que desde hace dos semanas salen a las calles a denunciar la grave situación del país.
En agosto, el financista Etzer Emile recordó que desde 2003 no se registraba ese nivel inflacionario en Haití y realizó un llamado de alerta a las autoridades para evitar la “catástrofe económica”.
A esto se suma la persistente crisis de los combustibles, cuyo precio se quintuplicó en el mercado informal, mientras muchas estaciones de servicio se encuentran cerradas y los que gestionan el sector importan volúmenes menores de hidrocarburos.
Todo ello tiene lugar en momentos en que 5,6 millones de haitianos, casi la mitad de la población, sufre inseguridad alimentaria, según la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, la cual estima que la crisis actual es sintomática de otros problemas estructurales, como la gobernanza, impunidad, corrupción y la economía.
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